domingo, 13 de febrero de 2011

Entre flores, oportunidades y soledad.

Y sí, llegó San Valentín, amado y esperado con ansias, u odiado y con el profundo deseo de que sea lo más leve posible, de acuerdo a cada situación personal. A cada uno estos días le llega como un regalo, como ese día esperado para celebrar la ocasión, con regalos y demás. Mientras para otros es una maldición, que les recuerda la falta que les hace una compañía, o peor, ESA compañía, ya que seguramente sea más esperanzador no tener un candidato firme y esperar conocer alguno, que ver como aquella persona que uno quiere ya no está, o nunca estuvo, para compartir un día así.

Para aquellos que están solos y dependiendo del momento de su vida que lo encuentre, puede llegar a ser uno de los días más duros, algo así como la tormenta más fuerte del invierno, multiplicado al ver la felicidad de los demás en todos lados: en el supermercado, en una plaza, en la vereda, y hasta en un canal de noticias por causa de un concurso. Es en esas situaciones donde uno está mal y ve tristemente como el mundo continúa sin percibirlo, cuando uno se detiene a observarlos en su regocijo, su cotidiana felicidad, mientras uno sólo espera estar así en algún momento. 
Aunque claro, no todo es tan trágico, están aquellos que aún estando solos se divierten, lo miran de un lado irónico y junto a su perro se ríen de las caras de los que se besan en el canal de las noticias, pensando que es una ridiculez y que ellos están bien así.

En el medio tenemos los oportunistas, aquellos que de todo hacen su negocio, y que nos hacen válida la expresión: Es puro consumismo. Sí, creo que es así, y que son los que mejor posicionados están respecto a este día. Esos vendedores de alfajores o lapiceras de los colectivos, hoy las cambian por tarjetitas de amor, y las calles se inundan de floristas con sus rosas rojas. Y los diarios y revistas cubren sus espacios vacíos con notas de tipo de: ¿Qué regalar en San Valentín? O ¿Cuánto cuesta el Día de los Enamorados? Pero hablemos de las oportunidades más importantes, que no son las financieras, sino las sentimentales. Hace unos días veía un grupo en Facebook que decía algo así como que San Valentín no tiene validez, porque el amor se celebra todos los días. Y sí, creo que es cierto, aunque para aquellas parejas que tienen sus años encima, con su desgaste de la vida diaria, les llega la oportunidad de permitirse un día de noviazgo, una especie de oasis en el desierto de lo cotidiano, un “te amo” que se creía olvidado, y que es el momento de revivir. O bien, la oportunidad de una reconciliación que no termina de concretarse por falta de decisión. En fin, es el día para aprovechar a decir lo que uno siente más que otro momento, como la navidad es la oportunidad para juntarse un poco más con los familiares que no se comparte mucho tiempo, este día da la posibilidad de ser un poco más amorosos que de costumbre.

Para ir terminando, me queda el último grupo al que hacer referencia este día, el de los felizmente enamorados, con su pareja correspondiente. A este sector sólo le queda celebrar, ir de paseo, consumir seguramente lo que nos propongan los oportunistas de las finanzas y pasar un día más de felicidad. Por suerte, y sin alardear, me encuentro en el reducido grupo de acá, y muy feliz de ello.

Me despido deseándole feliz día a aquel que le resulte un día alegre, prosperidad al oportunista, y un futuro mejor al que este año se encuentre en soledad, siempre viene un tiempo mejor. Un saludo a todos y hasta la próxima!

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